martes, 29 de noviembre de 2011

Barry Schwartz y el elefante

Luego de haber hecho algunas consideraciones en mi entrada anterior sobre los "mitos" y los "elefantes", al pensar en "elefantes", estos a los que hace referencia Diego, vi algunos, ya no sentados en mi sala, pero sí en mi aula y en mi liceo.

Creo que uno de nuestros grandes elefantes tiene que ver con el hecho de como los docentes nos movemos dentro del Sistema Educativo; los tiempos, los planes y programas, también los objetivos a cumplir y cómo los cumplimos, como asimismo las reglas que éste nos "impone". Muchos de nosotros tomamos esos temas como limitantes a nuestra práctica de aula. Las exigencias programáticas de contenidos y procedimientos parecen no dejar tiempo ni espacio para explorar, experimentar, probar y probarnos frente a retos nuevos. Y una y otra vez esperamos resultados diferentes mientras una y otra vez planteamos las mismas situaciones de aprendizaje.

En uno de los videos propuestos de la semana 4 "La pérdida de nuestra sabiduría", Barry Schwartz, habla de la "sabiduría práctica", esa sabiduría de la que depende el trabajo que implica la interacción entre las personas. Nuestro trabajo requiere sabiduría práctica, necesita que nosotros, docentes, seamos "sabios".






"Solo Alan estaba dispuesto a reconocer el elefante en la habitación" 


Los modelos educativos actuales responden a un guión prefijado, con reglas e incentivos, de la misma manera que suele propone todo sistema. Esas "reglas"  para nosotros se traducen, en la práctica, en el tratamiento de los mismos temas en los mismos tiempos, y haciendo la misma evaluación (o casi-ya que hasta para los casos especiales tenemos también normas determinadas-) para alumnos en muy diversas condiciónes de aprendizaje. Ello genera varios de esos elefantes que se mueven tranquilamente y ocupan su espacio entre nosotros.

Cuántas veces hemos escuchado a los colegas y hemos dicho que es imposible introducir tal o cual cambio en nuestra clase porque "el programa es muy largo y perderíamos tiempo":o porque "la Inspección exige la planificación", "no termino con la unidad",etc.
Nos sentimos presionados por los programas, por la Dirección, por la Inspección, por los padres...o por lo menos diría que nos escudamos en eso. Muchas veces la seguridad de estar haciendo "lo que sabemos" y "como sabemos" nos puede conducir  a los docentes y a nuestros alumnos, a un círculo interminable de desidia y desinterés.

La propuesta de Schwartz, - también al respecto de ello hablamos con Diego alguna vez-, refiere a que debemos ser "sabios" en nuestras prácticas. Poder crear espacios donde, sin dejar de cumplir los objetivos que requiere el sistema, podamos cumplir además otros de nuestra propia iniciativa. Aprovechando nuestro margen de autonomía para tomar decisiones a nivel concreto en el aula y en el entorno de nuestra práctica diaria, nos debemos dar cierta necesaria libertad para improvisar, para probar cosas nuevas, aprender de errores y compartir con los compañeros nuestros descubrimientos y también así nuestros logros.












"Cada vez que entro en una habitación, todo el mundo me ignora"



El Sistema Educativo, en lo referente a estos tópicos que reflexionábamos, bien puede cambiar. Aunque creamos por veces que ello no es posible, o que tales cambios se hacen muy lentos.
Nos solemos encontrar con propuestas de ciertos cambios dados por una Ley, por decretos, por "reformas" o "planes piloto" (que luego se hacen permanentes, a pesar de una insuficiente evaluación). Considero que los docentes no nos convertimos en innovadores o reformistas meramente por orden del Consejo, ni de un día al otro. Los docentes, como protagonistas de esos necesarios cambios, debemos reflexionar, comprometernos, y sobre todo creer en la propuesta para así llegar a implicarnos personalmente y como grupo. Deberíamos, desde ahora, lograr tomar decisiones sobre nuestra práctica en nuestro propio entorno de trabajo: el aula.

1 comentario:

  1. Hola Mariana!
    Sí, hay muchos elefantes en el sistema. Pero como tu comentas, siempre podemos ponerlos a jugar en nuestro equipo. Muchas veces esas imposiciones que tu comentas (dirección, inspección, programas) nos las imponemos nosotros mismos. Creo que podemos llevar adelante nuestros objetivos dentro del sistema. Por ejemplo en los programas de matemática aparece “teorema tal” y algunos docentes demuestran el teorema en el pizarrón, otros realizan actividades que llevan al estudiante a realizar conjeturas, ponerlas a prueba, validarlas o no. Este último tipo de abordaje fomenta el desarrollo del pensamiento matemático del estudiante y no la “repetición memorística vacía de contenido”. El trabajo con distintos software permite este tipo de abordajes.
    Saludos
    yacir

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